Un cuento para niños: La lista
- Carolina Idrogo
- 19 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Una tarde cuando era niña, con cierta tristeza veía caer la lluvia por mi ventana, trataba de contar las gotas que chocaban contra ella, de repente y sin previo aviso apareció de la nada un duende, me miró, lo miré y recuerdo cada una de de sus palabras: -Qué haces-? por qué llevas ese rostro pálido, triste con esa mirada perdida?. Recuerdo que no me asustó su presencia, pero si me sorprendió que me hablase.
No sabía que responder, pues no sabía como lucia mi rostro, y me dijo:
- dónde está la sonrisa que tiene que haber venido contigo?, -sabías que los niños desde que nacen traen consigo una maletica con una lista y es esta:
Amor
sonrisa
sueños
fe
pureza
inocencia
esperanza
diversión
curiosidad
creatividad
y sobre todo el más bonito
infancia... (etapa a corto plazo)
Ninguna de estas cualidades de la lista las puedes perder en el camino y mucho menos en la etapa de tu infancia, si la pierdes o no llevas a cabo su contenido, como consecuencia se modificará esa lista, será diferente cuando llegues a ser adulto, por todo aquello que hayas permitido desaparecer en ti, que demanda esa lista. y prosiguió:
-dónde está tu sonrisa ? Revisa tu lista y colócala en tu rostro, no ves que todo aquello que se te da es para usarlo?
Tu maletica con tu lista es mágica, y paradójica-mente se hace liviana si tu lista está completa y cumplida, si pierdes cualidades de allí, entonces será pesada, a ,lo que yo respondí :
-no sabía que era obligatoria y tampoco que era una especie de tarea. y me dijo:
- lo que viene del corazón nunca será una obligación, y toda esa lista se basa en lo que posee tu corazón, tu sonrisa debe ser genuina y fluir, si la dejas ir, es como si parte de tu corazón estuviese mutilado y le dije:
-cómo hago para sonreír duende? no puedo sonreír si no tengo ganas, qué debo hacer?, a lo que el duende respondió :
- busca en tu corazón lo que genera sonrisas, revisa de qué está hecho? y cuando encuentres lo que has olvidado, aparecerá de la nada tu sonrisa y se marchó.
Hice lo que me pidió y solo puedo recordar que sentí un profundo amor al comprender que no estamos tan solos como creemos muchas veces, que cuando menos piensas, algo aparece, algo nos sorprende, algo cambia, alguien llega y te lo confirma! que la infancia es corta y que una lágrima siempre se secará y además no está en mi lista!. Hallé en mi corazón, recuerdos, personas, juguetes, emociones, inmensa alegría de vivir, aunque seguía aún sin entender mucho....pero me sonreí
Moraleja: A veces con el tiempo olvidamos la verdadera lista que nos conduce a sentirnos plenos y completos y de vez en cuando, es vital recordar su contenido, permitir que aflore nuestro niño y nos haga recordar qué nos hizo felices, plenos y seguros. Que ese niño nos recuerde de nuevo aquella lista...
Lloramos porque olvidamos
Sonreímos porque volvemos a ser lo que somos.
Reconcíliate desde tu estado de niño, y regresa todo aquello que has olvidado, y te despierte de nuevo esa sonrisa dormida.

























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