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El tiempo

  • Carolina Idrogo
  • 27 dic 2016
  • 2 Min. de lectura

Corre el tiempo irremediablemente, las risas dejan de ser risas, y las lágrimas dejan de ser lágrimas.

Los corazones rotos se sanan y se vuelven a romper y después terminan tan enteros y volviendo a bombear a su sano ritmo.

Las miradas que un día fueron penetrantes, se esquivan, o simplemente ya dejan de ver.

Corre el tiempo irremediablemente y lo que tanto nos importaba deja un día de importar, que nada es para siempre y que todo cuanto obtengas, un día deja de tener valor.

Nos cansamos de oír las mismas palabras, sufrir las mismas penas, ir a los mismos sitios, ver como caducan sueños que al final no eran los sueños adecuados.

Corre el tiempo irremediablemente, te rodeas de rostros extraños día a día, y a veces llegas a casa y al mirarte al espejo tampoco reconoces el tuyo, te miras como a un extraño.

Los que se identifican con las poses terminan dejándolas caer, porque todo al final cansa, así como la canción, hasta la belleza cansa, hasta los ruidos indeseables, las palabras falsas, los quereres interrumpidos, cansa la vida ya dibujada y no pintada por ti.

Corre el tiempo irremediablemente, y lo quieres siempre a tu favor y no en contra, muchos temen las respuestas del tiempo porque en él, siempre se ven las caras, porque solo tu trabajo en esta vida requiere del coraje de aprender a ver los corazones, porque rostros tenemos todos y están a la vista, pero nunca sabemos que contiene un corazón.

Corre irremediablemente el tiempo, testigo implacable de las mentiras y verdades que nadie se atreve a enfrentar, somos pasajeros de un viaje donde nadie se salva de entrar, pero desconoce su pasaje de salida, quizás esa sea la buena arma de doble filo de que no sabes cuando termina tu viaje y te acomodas porque crees tener todo el tiempo del mundo para enmendar y vivir, o haces todo lo que deberías hacer sin importar el mundo y sin dañar, porque puede que te quede poco tiempo.

No todo es lo que parece, y a veces me he cansado hasta de hacer sonar mi guitarra.

El tiempo cura las heridas? no creo, creo que una se cura las heridas burlándose del tiempo.

Mañana será otro día quizás para mi y no para otros.

No es un escrito pesimista. Tener en cuenta que todo pasa y que todo cansa, te lleva a reflexionar que vivas acorde a crear experiencias en tu vida que te dejen el entusiasmo de haberlas vivido y hasta repetirlas y no el sinsabor del cansancio que tarde o temprano te producirán.

El tiempo y la vida son trampas y fichas del juego, cuan difícil se nos hace entender este juego.

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