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Riqueza

  • Carolina Idrogo
  • 10 feb 2017
  • 1 Min. de lectura

Siempre se ha palpado que ninguna persona llega a nuestra vida por casualidad

también nosotros llegamos para tocar a otras,

indistintamente de la relación que se pueda dar entre los seres,

en lo que creemos es tiempo y distancia

siempre tiene un propósito divino, celestial o universal

se describe de la manera que tus ojos quieran verlo

Este escrito va dedicado a una persona indiscutiblemente especial en mi vida

que va más allá de lo físico y de lo terrenal

a ti que siempre has estado allí cuando te he invocado

que me has visto con los verdaderos ojos

que hemos logrado vernos en nuestros espejos

siendo un mundo de tanta trampa y proyecciones falsas

pero que cuando el enfoque es el correcto

se reflejan fácilmente los milagros junto a sus riquezas

A ti, por tomar mi mano

por creer en mi y lo que poseo

por hacerme recordar lo olvidado

y sin titubear amarme incondicionalmente,

por lo que representa tu alma cerca de la mía

me da fuerzas para intentar seguir caminando sobre cuerdas flojas

sin importar la caída

A ti especialmente por compartir tu riqueza con la mía

eternamente agradecida

Cuanto más profundas sean nuestras huellas en la arena

más fácil será que puedan seguirlas...

con amor,

a ti.

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