Insensatez
Y me cansé de esperar lo que nunca llegó, lo que era inútil seguir esperando. Te amé insensatamente dentro de mi propio hastío y en un aburrimiento inclemente escudriñé en lo más hondo de mi, y ya no pude hallarte, porque la sutileza se sintió áspera, la brisa se había convertido en humo y las piedras en flechas, todas en dirección a mi.
Un calvario saber que mi espera siempre fue y ha sido en vano. Trato de rescatar los recuerdos en las pocas paredes que quedan fuertes dentro de mi corazón que ya no quiere latir por ti.
Esos recuerdos navegan entre la sangre que corre por mis venas, y no es agitada por el motivo de tu presencia, sino porque aún late sin sentido alguno.
Se escuda mi debilidad tras una sonrisa, cándida, nerviosa y hasta inquieta, como un dibujo animado en mi cansado rostro, deslumbrante tantas veces, sombrío ahora.
Ya no sé que fue verdad, que fue mentira, solo sé que si llegaste amarme como lo hice yo, ha sido lo más sensato que podrías haber sentido, pero amarte yo a ti, mi peor insensatez.
Es inevitable que te desvanezcas en la más profunda oscuridad, que solo se disipen sombras si es que te veo venir, mejor dejar que reine la sensatez.
