En vano
Y te esperé incansablemente en el puente que solíamos cruzar
se habían cristalizado mis lágrimas por el frío inclemente que dejaste en mi
demasiada ausencia perdida entre ráfagas de vientos enfurecidos sin retorno
los deseos y recuerdos se convirtieron en estatuas
y cada aliento en un fósil
sedienta quería tocar el agua que permanecía debajo de mis pies
ya no era yo, ya yo no estaba en mi
ya no había dirección que tomar
por qué esperarte podía haberme preguntado en aquel eterno pesar
nos amamos pero tu amor murió primero, mientras que el mío aún está a la mitad
si pudiese partirme en dos, dejaría en ese puente la mitad donde habita el que siento
amor no concluido, sin respiración, sin palpitar, pero aún vivo,
ironía astuta, cortante, tan filosa como tu Adiós
una espera en vano, mil preguntas sin respuestas,
unos labios ya marcados, aún tu sabor sigue impregnado en ellos
rojos de manzana, más no dulces sino amargos
satinada era tu piel ante mi roce, cómo permitirme perderte
en una espera sin fin
desgarraste la única fuerza que forraba mi dolor
me dejaste más desnuda que la verdad
esperándote sin llegada alguna
irremediablemente te esperé hasta ver el ocaso, el alba
desterré de mis escombros todo grito que nunca te dignaste a escuchar
te has ido, nos dejaste, porque tampoco estoy
tendré el valor de convertirme en brisa desapercibida
aunque aún no esté desahuciado mi espíritu impetuoso como un caballo
ese puente fue el testigo que allí estuve
todo ha sido en vano y demasiado tarde es ya
para esperarte y recordarte