Extraño
Extraño todo lo que me es familiar, ese aroma a lo conocido, al sonido de voces de infancia, de esa sensación armónica de la vida en equilibrio, de paz y de ilusiones. Extraño la humedad que se colaba por mi ventana, que hacía crujir la madera, y sentada en un cómodo sillón entre libros y música, frente a la chimenea. Extraño todo aquello que se ha ido, sin fechas, sin retorno, los recuerdos no tienen pasaje de cuando van a llegar y cuando serán lo que finalmente son, son vivencias que al momento reflejan el tesoro del instante presente que después quedan congelados en fotos, y en nostalgia inevitable. Extraño la vida de esta vida, extraño el paseo de cada mañana, el correr en contra del viento, en despeinarme hasta sucumbir en carcajadas, en la gratitud de no pensar en nada, solo sentir. Extraño lo familiar que me hacía sentir que pertenecía a algo que debía cuidar, tejer , regar, extraño comidas que ya no sé si vuelva a degustar, extraño olores que se quedaron en mi memoria, en mis extrañas, extraño el sabor agridulce de aconteceres imprevistos, extraño la quietud de mi propio silencio. Extraño trozos de vida, hojas que fueron arrancadas, y hasta arrastradas por el viento que ya es imposible rescatar, extraño hasta mis hojas en blanco, con la plena ilusión de que las voy a llenar. Extraño experiencias nuevas, irrepetibles, llenas de ilusiones hasta cegarme la razón. Extraño el dolor de panza de tanto disfrutar el chocolate en una tarde cálida en primavera. Extraño sonrisas que me quitaron tristezas, extraño manos que me acariciaron para secarme lágrimas, extraño todos los pétalos que tiré al viento y los vi volar. Extraño mi niñez, etapa que jamás se oxida sino que permanece intacta en nuestra mente, en nuestros huesos, en la estela que vamos dejando de lo que hemos sido. Extraño crecer, sentir la transformación de tu ser de manera lenta pero inevitable, ese ser a veces escondido, a veces tan atrevido, extraño hasta lo prohibido, lo que quema y lo que deja huellas imborrables. Extraño ese yo perdido en algún lugar de mi propia existencia. Extraño el no preocuparme por nada, y saber que cada mañana algo importante o maravilloso esperaba por mi. Extraño las frutas que recogía en el camino y extraño a esos amigos que más nunca vi. Me extraño a mi misma cuando me observo en el espejo, extraño todo lo viejo sin tener temor a lo nuevo. Puedes escucharme tiempo? puedes verme tiempo? será que de verdad eres mera ilusión? será que vivimos en un permanente viaje totalmente desconocido, una obra de teatro y solo somos actores?
Extraño cuando no me interesaba saber nada de esta película. Extraño esa sensación de lo absoluto, lo primordialmente intangible, la irresistible simplicidad.
Extraño cuando todo parecía defendible y con un claro sentido del por qué.
No sé si es bueno extrañar, quizás lo sea de vez en cuando, solo sé que hoy, extraño.
